como una mujer que enseña su liguero
y dice Ven sabedora de su victoria,
como un seductor que, con su discurso
y su falsa modestia, se gana a las masas.
Al otro, un parque con amigos,
lo mejor de Woody Allen,
Sting, García Márquez, Purple Rain,
la novela que asegura que la literatura es oro encuadernado,
la visita de un amigo que rompe sin precedentes la soledad.
Las redes sociales nos quitan los sueños más nuestros,
nos despojan de nosotros, roban nuestro tiempo.
Nos tienen mirando la vida de gente que tal vez ni nos interese,
incrustados en la pantalla, con los dedos empotrados en la banalidad.
Por suerte, esas redes que nos atrapan como peces sin ciudad
también ayudan a que tú conozcas poemas como este,
a encontrar estrellas fugaces, gente que brilla,
arte, canciones, relaciones que se escapan de la red
para darse vida propia en un colchón, en una playa.
Conviene plantearse que lo único que no vuelve es el tiempo
y esas verdades con que pudimos ocuparlo.
Que las cosas que podías aprender
mientras te quedas atrapado en una red
intentando ganar los likes
que le podríamos dar al verbo vivir jamás regresan,
que los trenes del disfrute no siempre pasan dos veces.
Tu próxima vida no está asegurada.
Hazte un favor, apaga la pantalla
y enciende los sentidos.
La vida te está esperando
ahí afuera
con la falda levantada.
MARWAN.
https://youtu.be/TvnYmWpD_T8