"Imítame. Húndete bajo tierra, no esperes aplausos.
Trabaja en el silencio y, como yo lo hago, cubre los
campos con plantas, flores y frutos."
Dijo el sol:
"Sonríe, déjate ver, ilumina, da calor, sólo así,
como yo lo hago, cubrirás tu vida y los campos con
plantas, flores y frutos. Imítame."
Dijo la nube:
"Deja caer la lluvia, fecunda los campos y haz que
la Tierra se cubra de plantas, flores y frutos. Imítame."
Dijo un gorrioncillo que lo anterior oía:
"Húndete como la semilla,
sonríe como el sol,
suda como la nube...
De esas tres entregas unidas, surgen las plantas,
las flores y los frutos que embellecen el
ambiente y dan pan a los seres vivientes.
NOSOTROS es la palabra clave, el yo es odioso."
Y agregó el gorrioncillo:
"Sé como Dios. El está en todas partes
-en la semilla que se hunde, en el sol
que sonríe, en la nube que llora-
sin embargo, es invisible."
Al oír al gorrioncillo, la semilla,
el sol y la nube se unieron y
empezaron a cantar:
"Señor, soberano nuestro, tu nombre
domina toda la tierra."
Y dieron gracias a Dios por haberles
dado hijos tan bellos como son las plantas,
las flores y los frutos.
El sol, padre orgulloso, al ver la madurez
de los trigales dijo:
"Estas espigas son la imagen viva de su progenitor."
y volvió a sonreír...